Si te cerraste al amor por miedo a ser herido de nuevo, no te rindas. Ya sea amor romántico, familiar o de amistad, sé que dolió y abrirte otra vez puede asustar, pero solo sanas, permitiéndote sentir de nuevo el corazón más hermoso. No es el que nunca ha sido herido. Un corazón que nunca ha amado, que nunca ha tomado riesgos. Puede estar intacto, pero también está vacío. ¿De qué sirve un corazón que no se usa? Un corazón hermoso es el que ha vivido, el que se ha arriesgado a amar y ha sentido el dolor de perder. Pero también la dicha de conectar. Es el corazón que aunque esté raspado, roto y remendado, sigue latiendo con fuerza. Sígueme aquí @faridieck para más relatos y reflexiones.