La Astucia de Òsun: Cuando la inteligencia triunfa sobre la fuerza Cuenta la leyenda que cuatrocientas una divinidades estaban en guerra contra la enigmática Ciudad de las Mujeres, una batalla imposible de ganar. Tras múltiples fracasos, el rey pidió a los 16 Espíritus que capturaran la ciudad para él. Todos prometieron lograrlo, pero fracasaron uno tras otro: Sàngó intentó y no pudo; Bàbálú Ayé también falló; incluso los muertos no tuvieron éxito. Los guerreros estaban derrotados, y entonces surgió una idea atrevida: “Deberíamos consultar a las mujeres”, dijo alguien. Aunque al principio hubo resistencia, finalmente accedieron. Llamaron a todas las diosas: Yemojá, Oya, y por supuesto, Òsun. Aunque eligieron a Yemojá para liderar la misión, ella declaró: “Antes de mí, debe ir Òsun”. Oya, deseosa de probar primero, fue rechazada por los habitantes de la ciudad. Entonces llegó el turno de Òsun, quien, antes de emprender el camino, consultó para saber cómo ganar la guerra. Su fiel amigo Èsù le aconsejó preparar una ofrenda con dinero, plumas, un güiro y un ovillo de hilo, y le enseñó una estrategia: atar el hilo al güiro, tocarlo y cantar mientras se aproximaba a la ciudad. La joven diosa comenzó su travesía, cantando suavemente: Sewele, sewele Òsun viene a jugar; Òsun no sabe pelear; Sewele, sewele. Desde lo alto de la colina, los habitantes de la Ciudad de las Mujeres la observaron. "Es una mujer," dijeron. "No viene a pelear, está tocando un güiro." La dejaron acercarse, atraídos por su canto y dulzura. Òsun logró que los guerreros bajaran sus lanzas y comenzaran a bailar junto a ella, fascinados. Mientras retrocedía, Òsun los guiaba con astucia hacia una emboscada donde los hombres estaban ocultos, esperando la señal. Cuando los habitantes de la ciudad cayeron en la trampa, Òsun cantó: “Los he traído con una larga, larga cuerda.” Desde aquel día, las mujeres tomaron el poder en presencia del rey, porque fue Òsun, con su inteligencia y encanto, quien logró vencer donde la fuerza había fallado. La leyenda, transmitida por el caracol, nos recuerda que la astucia, la gracia y la estrategia pueden superar cualquier obstáculo. Soy Robert Obà Ení Orìaté, llevando historias de sabiduría ancestral hasta ti.
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